Maurice Sendak por Lucía Liévano

Por: Yolanda Reyes

En Espantapájaros continuamos con nuestro homenaje a Maurice Sendak. Hoy los dejamos con este texto que escribió Lucía Liévano, profesora de niños y adultos en Espantapájaros. Sigan atentos que pronto les brindaremos más textos en nuestro tributo al artista de libros más importante del siglo XX.


Maurice Sendak y Dónde viven los monstruos

¡Murió Maurice Sendak!, me contó Martha Parada, librera en la Tienda de Oz. Así no más, sin más preámbulos, soltó la noticia de última hora. En ese momento tuve una cantidad de emociones y sentimientos de nostalgia y de tristeza que por lo general sentimos por las personas que conocemos y con quienes hemos establecido vínculos afectivos, así como por aquellas que de una u otra manera han sido significativas en nuestra vida. Maurice Sendak es uno de mis autores favoritos, por quien guardo un profundo sentimiento de admiración.

La primera vez que oí hablar de su libro Donde viven los monstruos, fue en un taller sobre literatura infantil para maestros, dictado por Irene Vasco, en Espantapájaros Taller en 1995. Esa tarde Irene habló de muchos libros pero éste es el único que recuerdo. Me impactó tanto, que mientras ella lo leía, yo solo podía pensar en que ese libro no se les debía leer a los niños. ¡Un libro de monstruos! Me parecía aterrador. En el descanso, como siempre sucede en Espantapájaros, dejaron los libros al alcance de todas las participantes. No sé cómo ni por qué, el libro llegó a mis manos, no tomé café, no me quedó tiempo, en cambio leí el cuento dos o tres veces; aunque había otras personas esperando a que yo finalmente lo soltara, debo confesar que me era casi imposible. En ese momento, no solo estaba leyendo un cuento de monstruos, estaba recordando, casi con la misma angustia, muchas de las noches en las que yo me despertaba gritando asustada por una terrible pesadilla. Como les sucede a los niños, el cuento de Sendak, me permitió sacar de lo más profundo de mí, un miedo que tenía guardado desde la infancia y del cual nunca había podido hablar, mucho menos reconocer que aún estaba ahí. Para mí, Donde viven los monstruos, es un libro inmensamente reparador y me abrió la puerta que inició mi camino en el maravilloso mundo de la literatura.

Lucía Liévano