Marina Colasanti luce radiante. Camina sin prisa, sonríe intensamente y saluda a todo aquel que se le acerca. Goza de una fina pluma. Tiene un corazón grande, un corazón sensible a la vida, sensible a las experiencias que traen los años. Con Marina pasea la buena energía.
El sábado 24 de octubre fue un día especial en Espantapájaros. Esta mujer brasilera, escritora, periodista, madre y artista, nos visitó a propósito del 9° Festival de Libros para Niños y Jóvenes.
Este encuentro con la autora no fue como cualquier otro: tanto Marina como los niños del Comité Literario de Espantapájaros fueron los protagonistas. Los niños se encargaron de dirigir la conversación. A las 10:30 am la casa se empezó a llenar. Muchos niños llevaban en sus manos libros de la autora que pronto regresarían firmados a sus bibliotecas.
Antes de que empezara el encuentro con los lectores, Marina se reunió con los niños del Comité. Cada cual tomó su rol y con mucha propiedad fueron resolviendo las dudas sobre los libros que ya habían leído.
Marina escuchó con atención y minutos después comenzó el encuentro con todo el público.
La amistad bate la cola, una historia sobre la confianza y la nobleza en medio de un encuentro de la autora con unos perros que llegan a su casa de campo; y Breve historia de un pequeño amor, el relato de la crianza de un palomo bebé que nace en el tejado de su casa, fueron los libros sobre los que más se habló.
Llegaron las preguntas de los niños: ¿A ti te cuentan las historias o tú te las inventas? ¿Qué pasó con la mamá de Tom (el palomo)? ¿Qué pasó con Tom, lo volviste a ver? ¿Los perros de La amistad bate la cola siguen vivos?
Marina contó las historias de los perros, efectivamente habían llegado a su casa de campo. Contó que esa casa aún existe, que Tom nació en su tejado, que lo alimentó y que lo crió como si fuera su propio hijo. Que se puso triste el día en que Tom voló y partió pero que ella cree verlo cada vez que se encuentra con un palomo gris. Hablaron de Milord, de Tusca, y de los demás perros, luego llegó otra pregunta: “¿Todos tus libros son de perros?”
Marina no vive su entorno con los ojos cerrados, mucho menos sin corazón. La sensibilidad con la que vive y observa el mundo que habita la motiva a escribir con tal delicadeza que todos terminamos queriendo las historias de su propia vida.
¡Gracias a todos los que nos acompañaron!
¡Gracias a los niños del Comité Literario por liderar este encuentro!