26 de septiembre, 2017
En Espantapájaros, los encuentros con los autores son experiencias que se quedan guardadas para siempre en la memoria poética de los niños. Cada encuentro es un acontecimiento lleno de rituales, significados, pequeños detalles y muchos preparativos.
No queremos que el autor pase tan rápidamente por nuestra vida. Queremos tiempo para acercarnos a sus libros: para morderlos, leerlos, disfrutarlos y releerlos, en la casa y en el jardín; con las profesoras y con la familia.
Los encuentros con los libros tienen un antes, un durante y un después…
1.
Cuando supimos que la ilustradora y escritora japonesa Keiko Kasza (autora de Choco encuentra una mamá, Mi día de suerte y No te rías, Pepe, entre otros) vendría a Colombia, empezamos a releer todos los libros de ella que tenemos en nuestra biblioteca y en las casas, y que tanto nos gustan. Sabíamos que Kasza vendría desde muy lejos pues, aunque vive en Estados Unidos, había pasado dos años en Japón.
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Rafael estaba seguro de lo que decía. Él hablaba con sus amigos y les recordaba: “Mañana va a venir Keiko Kasza”. Lucía trajo desde su casa el libro No te rías, Pepe y le pedía a su profesora que lo leyera. Cada vez que Isabella entraba a la biblioteca, buscaba el cuento Choco encuentra una mamá, se sentaba para verlo y tan pronto llegaba a la última página, volvía a empezar.
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Durante la hora del cuento, leímos una y otra vez libros como Mi día de suerte, Los secretos de Abuelo Sapo, El tigre y el ratón, Cuando el elefante camina y Choco encuentra una mamá. Y escuchar las narraciones construyó en los niños y en todos nosotros la ilusión de saber que conoceríamos a la escritora de esas historias que nos conectan con las emociones de la infancia.
Invitamos a las familias a una hora del cuento para que compartieran con nosotros el rito de la lectura.
Y antes de recibir a Keiko, también dibujamos a algunos de los personajes de los cuentos. Con marcadores, colores y pinturas reinventamos a Choco, a Pepe y a Coco Cocodrilo.
Hasta que llegó el día que todos estábamos esperando.
Habíamos creado un bosque en el salón más grande de Espantapájaros y Keiko Kasza se emocionó mucho al ver los dibujos y al ver a todos los niños y las profesoras que estaban esperándola.
Lo contamos cuáles eran sus libros que más nos gustaban: Choco encuentra una mamá y No te rías, Pepe y ella nos mostró una de las formas como se divertía cuando era niña: el origami. Nos pidió que contáramos hasta treinta y, mientras contábamos, un pájaro salió de sus manos.
Ella estaba dispuesta a firmar todos los libros. Los niños esperaron a que llegara su turno: aquel momento en el que estarían justo al frente de ella para observar con atención cómo dejaría su autógrafo en la primera página de cada cuento.
Aunque Keiko se despidió de nosotros, los niños continúan leyendo sus cuentos; Isabella, sentada en el piso, todavía regresa a la primera página del libro Choco encuentra una mamá; y aún se escucha la voz de Rafael diciendo: “Conocí a Keiko Kasza”.