El pasado jueves 7 de junio, para cerrar otro semestre de historias compartidas, Espantapájaros hizo un tributo a Maurice Sendak, el artista de libros más importante del siglo XX, recientemente fallecido. Su libro «Donde viven los monstruos» ha sido, sin duda, el más leído, amado y mordido por varias generaciones que crecieron o que comienzan a crecer en Espantapájaros y por eso, así como sucede en el libro, «las paredes se convirtieron en el mundo entero». Cada rincón de nuestra casa fue el escenario de una «fiesta monstruo» y los lectores de todas las edades, desde los bebés, hasta los más grandes, incluyendo a papás, mamás, abuelos y profesoras, volvimos a leer ese libro que tantos nos sabemos de memoria. El cuarto de Max, su barco particular, sus monstruos entrañables y su mundo se convirtieron en otro acontecimiento que se quedará en la memoria poética de los niños y que es el mejor homenaje a la memoria de Sendak.
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¡Hasta siempre, Maurice! Y no te olvides de mirar fijamente a los ojos amarillos de todos los monstruos sin pestañear una sola vez. Te queremos tanto…
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Los papás, los niños y los abuelos volvieron a disfrutar la Hora del Cuento Donde viven los monstruos
«Y apareció un océano con un barco particular para él y Max se fue navegando a través del día y de la noche»…
«entrando y saliendo por las semanas, saltándose casi un año»…
«y crujieron sus dientes terribles y movieron sus ojos terribles y mostraron sus garras terribles»…
«hasta que Max dijo «¡Quietos!»
«¡que empiece la fiesta monstruo!»
«¡Por favor no te vayas!»
«…hasta llegar a la noche misma de su propia habitación.»
Las familias disfrutaron de nuestra bebeteca, esta vez al aire libre, y nos demostraron, una vez más, que la lectura es un triángulo amoroso: un rito de encuentro entre un libro, un niño y un adulto, que permanece toda la vida.