«Preguntas y respuestas» con Ivar Da Coll

Por: Yolanda Reyes

Ivar Da Coll es un autor que no pierde vigencia; bien sea por sus libros o porque los niños (y también los adultos) que nos visitan adoran sus historias, Ivar siempre está cerca a Espantapájaros.

La última visita de Ivar Da Coll a Espantapájaros hace algunos años.

 

Recientemente la editorial SM reeditó uno de sus clásicos: Medias dulces, o como muchos lo recuerdan, “la historia de la befana”. Cuando llegó a nuestra librería celebramos la publicación, y por eso, como un festejo, quisimos invitar a Ivar a compartir nuestra celebración de navidad con los niños que vienen al jardín.

Antes de su visita hablamos con el autor y le hicimos algunas preguntas:

1. Todos los que crecimos con tus libros los recordamos como una parte especial de nuestra infancia, ¿nos contarías algún recuerdo especial de la tuya?

Todos los cuentos tradicionales que me leía mi mamá que venían publicados en Editorial Molino. Eran libros de gran formato, impresos en papel periódico y con ilustraciones en blanco y negro.

2. Y las historias, ¿te contaban historias cuando pequeño?, ¿tenías un contador o contadora de cuentos favorito?, como Julieta con su abuela, en Medias dulces.

Mi mamá. Ella no sólo nos leía a mis hermanos y a mí, sino que nos contaba historias de su niñez y de una amiga de su mamá que ayudaba a cuidarla a ella y a sus hermanas.

3. Ivar, ¿tienes un color favorito?, ¿cuál es?

Mis colores favoritos son el amarillo y el gris; cuando los combinan se ven muy bonitos.

4. Y una palabra, ¿tienes alguna preferida?

Agradecimiento.

5. Se acerca la navidad y seguramente nuestros lectores apreciarían una recomendación, ¿qué libros nos sugerirías?

Cualquier libro de Roald Dahl, especialmente, Las brujas y La maravillosa medicina de Jorge. Alicia en el país de las maravillas, pero en la edición de Alianza Editorial con traducción de Jaime de Ojeda. La Isla, de Armin Greder, y El libro triste, de Michael Rosen.

6. Por último cuéntanos qué libro le falta a Ivar Da Coll, quizá pueda aparecer este año en el árbol de navidad.

Ahorita mismo no he pensado en algún libro que me falte porque estoy leyendo uno bien, bien grueso: En busca del tiempo perdido de Proust y tengo en espera varios más que compré y que aún no he leído.