Colombia en FELISB, Brasil
La historia comenzó en junio de 2013 cuando el Salón del Libro Infantil de Río de Janeiro se abrió con la muestra de autores, ilustradores, editores, libreros, promotores y especialistas colombianos vinculados al libro infantil. Pero no, en realidad, la historia había comenzado antes, cuando Brasil fue el invitado de honor a FILBO, Colombia en 2012, y la FNLIJ –Fundación Nacional del libro Infantil y Juvenil– invitó a Colombia al emblemático Salão, que es una referencia en el campo de los libros para niños. Pero, no: tampoco es exacto situar ahí el comienzo de la historia porque, en realidad, había comenzado muchos años atrás, con el trabajo de colegas como Silvia Castrillón (ACLIJ, Fundalectura) y Elizabeth Serra (FNLIJ), entre muchas otras. El caso es que la muestra que llevó Colombia a Río de Janeiro en junio fue tan interesante –no solo por la calidad de los libros y del stand, sino por la presencia académica, artística y gubernamental, encabezada por la Ministra de Cultura y la Embajadora de Colombia– que la FNLIJ decidió volverla a presentar en la FELISB, la feria literaria de São Bernardo do Campo, Brasil.
En esta ciudad situada a pocos kilómetros de São Paulo, donde se fabrican carros –la fábrica de Volkswagen que se ve desde la autopista es tan larga que parece no acabarse jamás–, y en donde el ex presidente Lula da Silva comenzó su trabajo como obrero y luego como líder sindical, recientemente se promulgó una ley para hacer una feria bienal de libros para niños y jóvenes. La FNLIJ, dirigida por Elizabeth Serra, fue delegada para organizarla, a imagen y semejanza del Salón del Libro Infantil. La primera versión de FELISB 2011, también fue encomendada a la FNLIJ y Elizabeth Serra me contó que Lula, como buen político que es, aceptó encantado la invitación que ella le hizo: “¿Le gustaría leerles un libro a los niños?”
La invitación no es ninguna rareza, si tenemos en cuenta que alguien tan poco lector como George Bush hijo estaba leyendo un cuento a un grupo de niños en una escuela de Florida cuando lo interrumpieron para comunicarle que estaban derrumbando las Torres Gemelas. Lo que sí parece una rareza fue la seriedad –y dicen que el miedo– con que Lula asumió la tarea. Quizás por su historia de “niño excluido de la lectura” y también, me atrevo a pensar, inspirado o intimidado por el significado que se le confiere al libro infantil en Brasil, Lula se apersonó del encargo y según relata Beth Serra, decidió hacer oídos sordos a las propuestas que preseleccionó para él la FNLIJ. “Yo quiero un libro de princesas”, dijo, con absoluta convicción. Aún hoy, dos años después, hay gente que se acuerda de la lectura de Lula, porque leyó su libro-álbum de princesas como leen los libros-álbum los expertos en literatura infantil: mostrando de frente las ilustraciones. Y confesó que ni siquiera en una conferencia mundial ante el pleno de las Naciones Unidas se había sentido tan nervioso.
La anécdota viene a cuento porque ilustra el sentido que tienen el fomento de la lectura y la creación de libros para los más jóvenes en Brasil y porque fue en esa misma feria donde Elizabeth Serra decidió volver a presentar la muestra del libro infantil colombiano que se estrenó en Río. Para acompañar el trabajo, la FNLIJ nos invitó a Silvia Castrillón y a mí a charlar con lectores de todas las edades. En mi caso, visité la creche (guardería) Cecília de Oliveira Turbay, donde me encontré con bebés lectores de uno a tres años y me sentí como en casa, es decir, como en Espantapájaros, rodeada de proyectos de dinosaurios, de niños corriendo, saltando, haciendo arte y escogiendo cuentos para llevar a la casa.
Fue un orgullo volver a ver el stand de Colombia en FELISB y compartir libros e historias con bebés, niños, maestros, promotores de lectura y familias. Silvia Castrillón ya había vuelto a Bogotá, pero yo creo que ahí seguíamos estando todos –autores, ilustradores, editores, bibliotecarios, funcionarios y promotores de los libros–, y no solo los que fuimos a Río, sino todos los colombianos que viajaron al Salão a través de sus libros. Ahora, de nuevo en casa, es maravilloso pensar que allá se quedaron nuestros libros y que, gracias al esfuerzo de tanta gente y a un largo trabajo de equipo –y de afecto y de historias compartidas– entre Brasil y Colombia, la conversación que comenzamos a tejer hace ya tantos años, continúa…
Y continuará…
Yolanda Reyes, octubre 3 de 2013
Espere próximamente: ¿Cuál fue el libro de princesas que leyó Lula en la FELISB?
Elizabeth Serra y Yolanda Reyes en el stand de Colombia en FELISB.
Leonardo, Ícaro, Amanda y Lucas, los hermanos que fueron a pasear el domingo a la feria, se interesaron mucho por los libros de Colombia.
Yolanda Reyes en una charla con promotores de la lectura.
Fue una charla inolvidable, con la presentación y la compañía de Elizabeth Serra.
Ricardo Silva Romero, presente en Sao Bernardo do Campo, Brasil.
¡Y Claudia Rueda también!
¡Qué orgullo que esta muestra de Colombia siga dándole vueltas a Brasil!